A la mezzosoprano española Teresa Berganza no le hacen falta los reconocimientos porque, según confesó hoy a Efe, su “mayor premio” ha sido su carrera.
“Agradezco muchísimo los premios porque es un reconocimiento a toda una vida cantando”, afirmó a Efe en el Teatro London Coliseum de la capital británica, pero matizó que, a sus ochenta y tres años, lo más gratificante que ha recibido ha sido su propia vida dedicada a la música.
Berganza manifestó que ella siempre ha cantado para “el público”, en un acto de “amor, de entrega y de humildad” y que el día de mañana le gustaría ser recordara por haber “hecho felices” a los que la han escuchado.
Algo que, sin duda, ha conseguido y se ha visto hoy reflejado en un auditorio puesto en pie para ovacionar y vitorear a la cantante cuando ha entrado en escena para recoger el trofeo.
“Recibo este premio en nombre de toda una generación, los que aún están entre nosotros y los que nos han dejado, con la esperanza de que hayamos cumplido nuestra misión”, declaró antes de arrancar el sentido aplauso del público.
Una década después de poner punto y final a su carrera -tras quedarse sin voz durante un espectáculo en Santander en 2008- Berganza reconoció hoy que no lo echa “nada de menos”.
“Yo soy muy tajante en mis cosas, parezco alemana. Las cosas ocurren cuando tienen que pasar. En el momento que me quedé sin voz pensé ‘ya no cantas más, hasta aquí'”, relató.
La madrileña explicó que su repentino enmudecimiento se debió a que estaba “muy preocupada” porque en ese momento estaba operando a su nieta y lamentó la falta de comprensión que existe cuando los cantantes anulan compromisos aludiendo a problemas vocales.
“A veces a los cantantes nos reprochan que de repente no cantamos, que lo anulamos… No saben lo que es una voz. Emocionalmente nos podemos quedar sin voz por la más pequeña cosa”, argumentó.
“La voz es el instrumento más bello que existe pero también el más delicado”, agregó.
Interrogada sobre cómo se debería acercar el género operístico a un público más joven, Berganza tuvo que claro que debe hacerse a través de la educación y enseñando “la verdad” y no “óperas del siglo XVIII ambientadas en el siglo XX”.
La cantante reveló, contundente, que no puede “soportar” que “una ópera de Mózart” se ambiente en los años cincuenta, porque es “una falta de respeto, tanto al libretista como al compositor”.
“A los jóvenes un cuadro de Goya no se lo cambias y le pones cuatro pintarrajos para que sea más moderno, pues lo mismo con la ópera”, razonó.
Más de medio siglo de viajes por el mundo y de actuar en los teatros más prestigiosos del globo no han deslumbrado a Teresa Berganza, a la que las fiestas le han traído siempre “sin cuidado”.
“Yo soy una mujer que vive muy interiormente, muy para los míos, para mi familia y mis hijos”, observó.
Eso sí, estando en Londres, no quiso dejar de recordar cuando, “hace muchos años”, la mismísima reina Isabel II le invitó a tomar el té en su compartimento en un tren con destino Edimburgo.
“Fue encantadora”, evocó, “estuvimos hablando, me preguntó cómo es que cantaba siendo tan joven”.
Sobre la polémica que rodea la fusión entre el Teatro de la Zarzuela y el Teatro Real de Madrid, Berganza no quiso pronunciarse porque opina que es “un acto político” y ella de política no quiere “saber nada”.
“No sé ni cómo se llaman los políticos actuales que hay en España”, aseguró.